Servicios en Salud Sura
    Los lentes de sol son más que moda: son un complemento esencial para proteger nuestros ojos de los rayos ultravioleta, causantes de muchos daños que pueden ser irreversibles. Las radiaciones están en todas partes y, aunque las relacionemos con un desastre atómico (como el que está viviendo Japón), la realidad es que hay otras con las que nos enfrentamos todos los días y que pueden hacernos mucho daño, como la radiación solar, que supone el 11% de la radiación total que recibimos al año.Al exponernos al sol estamos recibiendo varios tipos de rayos ultravioleta, principalmente los UVA y los UVB. Los UVA llegan casi en su totalidad a la tierra y sólo una pequeña porción se filtra a través de la capa de ozono. Los UVB son mucho más potentes y, a pesar de que se filtran mucho más en la capa de ozono, cuando esta está deteriorada, llegan a la tierra con mucha fuerza. Casi toda la radiación se recibe entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, y causa daños, aún en días nublados. Muchas personas son conscientes de este peligro y ya han incluido en su rutina diaria el uso de antisolar, el cual es sumamente importante. Pero igual de importante es tener en cuenta que hay una parte de nuestro cuerpo que corre el mismo riesgo que la piel y que la gran mayoría del tiempo está desprotegida: los ojos.   ¿Cómo escoger mis lentes de sol? Los lentes de sol son adecuados si: Reducen la radiación de luz visible directa. Impiden el paso de la radiación UV.Eliminan los reflejos molestos.Aumentan el contraste de los colores . Y, sin son bonitos, ¡mucho mejor! SURA te recomienda el uso de lentes de sol, de forma que se filtren los rayos UVA y UVB que pueden dañar los ojos. Ten en cuenta que no cualquier lente es recomendado y que utilizar lentes de sol de mala calidad es más perjudicial que no llevar nada ante los ojos. La calidad del filtro solar es esencial porque, al ser los lentes oscuros, hacen que llegue menos luz al ojo y, por lo tanto, la pupila se dilata. Pero, si los lentes no tienen los filtros adecuados, el ojo recibe el 100% de los rayos UVA y UVB con la pupila dilatada; es decir, los rayos penetran más fácilmente que si no estuvieras usando nada (al menos, sin lentes, actuaría la defensa natural y la pupila estaría contraída).Ojos que no duelen, pero que no ven Nuestro cuerpo generalmente tiene la capacidad de reparar y regenerar las células que se dañan. Sin embargo, el cristalino del ojo es una excepción y, al dañarse, no se regenera. Por esta razón, afecciones como las cataratas pueden ser el resultado del daño acumulado gradualmente por años al recibir radiación ultravioleta sin protección. Esta radiación también contribuye al desarrollo de la degeneración macular relacionada con la edad, que consiste en un deterioro de la mácula del ojo (el centro de la retina) con la consecuente pérdida de la visión. Por otra parte, cuando miramos repetidamente y durante mucho tiempo al sol sin la protección adecuada, el ojo pierde la capacidad de responder a estímulos visuales, se destruyen los conos y los bastones (las células fotosensibles que nos permiten ver) y se crean zonas ciegas en el ojo. El gran problema es que el daño se produce sin que sintamos nada porque no existen receptores de dolor en la retina, así que solo cuando este es lo suficientemente grande para que nos afecte la visión, comenzamos a preocuparnos por él.     Hay diferentes tipos de lentes de sol y pueden tener varios de los siguientes componentes: Filtros de color que reducen la luz visible que alcanza el ojo y que, si son de alta categoría (va de 0 a 4, de menor a mayor protección), ayudan a filtrar algunos de los rayos UVA y UVB. Filtros UV que absorben la totalidad de los rayos UVA y UVB. No van asociados necesariamente a un lente coloreado. Se pueden poner en lentes de fórmula transparentes. Lentes polarizados que evitan los reflejos y están especialmente recomendados para manejar o hacer deportes. Tratamientos antirreflejo para evitar los reflejos de la luz que incide desde atrás y se refleja en la cara interna del lente. Lentes fotocromáticos que se van oscureciendo según la cantidad de rayos UV que reciban. Lentes espejados que reflejan gran parte de la luz, impidiendo que llegue al ojo.