Si te gusta vivir bien, se prefieres estar saludable, si amas a los tuyos, si te sientes responsable de mejorar la calidad de vida de quienes te rodean, si te preocupa la economía familiar, si te gusta regalar vida… entonces continúa leyendo: tres claves para vivir mucho mejor. 1º Cada vacuna es una oportunidad de vida. Cada vez que una vacuna entra en tu cuerpo o en el de tus seres queridos, está llevando protección, salud, bienestar y calidad de vida, tanto para quien se la aplica, como para su entorno familiar. ¿Por qué? Porque está comprobado científicamente que es el mejor método de prevención de enfermedades que existe, y estar sano implica bienestar para uno mismo, pero también para sus seres queridos. Estar sano es, entre muchas otras cosas, una cuestión económica: piensa en la productividad, pero también en los costos que implica una enfermedad, no solo los médicos, sino los colaterales, como el tiempo de las personas de la familia para ofrecer atención y cuidado, el transporte, los cambios en las rutinas, la alimentación fuera de casa, etcétera. Y recuerda que existen cientos de enfermedades que se pueden prevenir con solo aplicarse la vacuna correspondiente en el momento adecuado. 2º Las vacunas son fundamentales en la niñez, pero no son sólo para los niños. Es una responsabilidad de los padres vacunar a sus hijos; pero, por el bienestar de todos, también deben actualizar sus propios esquemas de vacunación. Si bien la mayoría de las vacunas que se ponen en la niñez protegen para toda la vida, es importante recordar que la ciencia avanza de manera importante en este tema día a día. Los hijos están protegidos contra más enfermedades hoy que hace 20 o 30 años, pero, que el avance científico haya llegado cuando la persona ya está adulta, no significa que quede excluida de esta oportunidad de bienestar y prevención de la enfermedad. ¿Qué hacer? Muy sencillo: actualizar el propio carné de vacunación y aprovechar los avances de la ciencia a favor de tu vida, tu bienestar y el de los tuyos. 3º Vacunas para momentos específicos de la vida. No existe un esquema único de vacunación, aunque sí hay uno básico que recomienda el Ministerio de Protección y que debe ponerse a todos los niños menores de cinco años, mujeres en edad fértil y población en riesgo priorizada por el Ministerio de Protección Social. Algunas vacunas se deben actualizar cada año, como la vacuna contra la influenza, pues el tipo de virus que llega cada temporada es diferente. Otras tienen que ver con el oficio o costumbres de vida de la persona; por ejemplo para quienes cuidan niños o están en el sector de la salud. También hay vacunas especialmente recomendadas para adultos mayores, para adolescentes y para adultos jóvenes. Lo más importante es entender que una pequeña inversión hoy puede significar un gran alivio para el mañana. Darse una vacuna, o proporcionársela a un ser amado, es una expresión de cariño: es decirle en un tono certero que su vida, su bienestar y su alegría te preocupan, es decirle de la más bella manera: ¡Te quiero con toda mi alma! Artículo desarrollado con la asesoría de Gloria Sofía AramburoCoordinadora Salud Pública
